Escrito por: Viviana Moyano Grimaldo Es normal que con el pasar de los años, nuestros gustos y lo que esperamos de la vida cambie, en la medida en que conocemos nuevas personas, países, tradiciones, culturas y vamos entendiendo qué es lo que realmente queremos y, sobre todo, con qué esperamos ganarnos la vida. Muchas veces estudiamos una carrera con ciertas expectativas, pero quizás, la falta de madurez y de mundo a la que nos vemos enfrentados precisamente cuando debemos tomar una decisión tan radical en nuestras vidas, no nos permite ver otros horizontes y encontrar actividades en las que tal vez, hubiésemos podido hallar nuestra verdadera pasión y efectivamente, hacer realidad lo que tantos coach y gurús suelen decir, sobre escoger una actividad que realmente nos apasione, para que ningún día de nuestras vida se sienta como trabajo. Merodeando entre estos pensamientos desde hace años, me encontré precisamente en este mundo del vino, con una serie de historias encantadoras que quisiera compartir. Y ello se debe a que esta industria está llena de ejemplos de personajes de enorme reconocimiento en materia de vinicultura, que increíblemente iniciaron su vida laboral en otros ámbitos y que, en algún momento de su existencia, se toparon con la experiencia maravillosa y deslumbrante que genera el vino, decidiendo abandonar del todo sus carreras y dedicarse de lleno a esta industria. De estas historias encontré todo tipo de profesiones, pero particularmente me sorprendió la gran cantidad de abogados que decidieron darle un giro a sus vidas en ese sentido. Es allí donde empecé a preguntarme: ¿qué efecto tiene el vino en la vida de los abogados que les hace generar ese “break point” en sus carreras? Y me lo pregunto porque en mi experiencia personal, aunque el derecho me parece una ciencia maravillosa y me ha brindado tantas vivencias y satisfacciones, siempre he sentido que una parte artística dentro de mí, no ha podido expresarse por completo en esta profesión. También es cierto que, la abogacía es una profesión que se da mucho para acercarnos a ciertos contextos en donde el tema de la comida y la bebida, suelen tener una importancia fundamental. Es allí donde creo que artes como la gastronomía o la vinicultura, pueden ayudar a llenar ese vacío y por ello, no es una casualidad ver que tantos abogados tengamos como hobby alguna de estas actividades, o también muchas otras como, la pintura, la escultura, la música, la fotografía o la actuación. Desde la facultad conozco miles de colegas que se sienten plenos incursionando en estos ámbitos. Entrando en materia, a continuación, procedo a contarles las maravillosas historias de dos de los personajes más influyentes en la industria del vino a nivel mundial, que tuvieron esta vivencia: James L. Barrett Tomado de: LA Times Se trata de uno de los pioneros de la vitivinicultura de Napa Valley y una de las personalidades estadounidenses de la industria del vino, que más ayudó a posicionar a los vinos de California como referente en el mercado mundial. Nació el 8 de noviembre de 1926 en Chicago. Provenía de una familia de padres inmigrantes irlandeses, que posteriormente, en la década de 1930, se mudó a vivir a Los Ángeles. Obtuvo una licenciatura en la UCLA en 1946 y una licenciatura en derecho de la Universidad de Loyola en 1951. Luego en 1957, fundó el bufete de abogados de Barrett, Stearns, Collins, Gleason y Kinney en Torrance, en el cual fungió como socio principal durante años. En 1968 Lee y Helen Paschich compraron Chateau Montelena, un castillo histórico que había sido fundado como bodega de vinos en 1882 por Alfred Tubbs en Calistoga, pero que había estado fuera de servicio desde principios de 1900. Barrett conocía a los Paschich y decidió invertir en el proyecto como socio, pues además de darse cuenta del gran potencial de sus viñedos, quedó impactado con la belleza, gracia y particular locación del abandonado y solitario Chateau. Una vez involucrado en el negocio, comenzó a dedicarse al mismo con alma y corazón. Es así como, en los primeros años, viajó prácticamente todas las semanas desde Los Ángeles a Napa Valley en su propio aeroplano para dedicarse a la bodega y comenzó a tomar decisiones que marcarían trascendentalmente el futuro de ésta para siempre. Dentro de dichas decisiones estaría la replantación de sus viñedos con variedades como la Chardonnay y Cabernet Sauvignon y la instalación de equipos modernos de vinificación en los edificios históricos, para luego comenzar a producir vinos nuevamente en 1972. Fue entonces que, decidió abandonar su práctica como abogado y mudarse a Napa Valley con el fin de dedicarse de tiempo completo a su verdadera pasión: los vinos y a dirigir Chateau Montelena. Y es que su pasión y dedicación a este proyecto fueron tales que, estando a la cabeza de la bodega, su vino: “Chateau Montelena Chardonnay 1973”, ganó la prestigiosa cata a ciegas de Paris de 1976, más conocida como “El juicio de Paris”, que fue organizada en el Hotel Inter-Continental de la misma ciudad, por el comerciante británico de vinos, Steve Spurrier, con el objetivo de celebrar el bicentenario de Estados Unidos. Chardonnay Chateau Montelena 1973, ganador de la cata a ciegas de Paris de 1976 Tomada de: NBC news En dicha cata, cuatro Burgundies blancos compitieron contra seis Chardonnays de California. Al emitirse los puntajes, los jueces franceses estaban convencidos de que el vino blanco que mayor calificación había obtenido, era uno francés, pero para sorpresa de todos, el Chardonnay 1973 de Chateau Montelena, fue calificado por encima de todos los demás vinos. Ello demostró que la producción de los vinos californianos, que hasta entonces habían sido considerados de inferior calidad que los de sus pares en el viejo mundo, habían llegado a una madurez tal, que podían competir válidamente como vinos de talla internacional [1]. Esta cata, cambiaría para siempre la percepción mundial sobre los vinos estadounidenses y elevaría las ventas de los vinos de California a niveles inimaginables, particularmente los de las bodegas ganadoras, los cuales, aún hoy en día son motivo de culto entre los amantes de la materia. Como puede verse, James L. Barret dio un giro a su vida, de prestigioso socio de una firma de abogados a exitoso director de su propia bodega de vinos. Cabe resaltar que, frente a este cambio radical de carrera, en una entrevista hecha por la revista Napa Valley Register, en la que le preguntarían como había hecho para entrar en este negocio, comentaría: “Yo solía ser un abogado que hacía fruncir el ceño en la cara de la gente, así que decidí poner más bien sonrisas en sus caras. Y sabes qué? funcionó”[2]. Una verdadera historia de inspiración. James Barret finalmente muere el 14 de marzo de 2013. Chateau Montelena aún pertenece hoy en día a la familia Barrett y su hijo Bo Barret es el actual CEO de la bodega [3]. Robert Parker Tomado de: Gastrobaris Magazine Se trata del fundador de la célebre publicación “The Wine Advocate” que hoy cuenta con más de 50.000 suscriptores en más de 40 países y es considerado como el crítico más influyente en la industria vinícola, tanto en lo que se refiere al precio que un vino puede llegar a alcanzar según su puntuación, como con respecto a la influencia que tiene en la producción del vino. De allí que se le haya llegado a denominar como el “Emperador del Vino” o que se haya instituido dentro del lenguaje de esta industria la palabra “parkerización” para describir la adaptación que muchos productores deciden llevar a cabo en sus vinos, con el fin de obtener una excelente crítica y puntuación de su parte, que son la llave prácticamente garantizada para obtener un alto reconocimiento y valor en el mercado[4]. Robert Parker nació en Baltimore, Maryland, el 23 de julio de 1947. Se graduó de Historia e Historia del Arte en la Universidad de Maryland, College Park y posteriormente de abogado en la Universidad de Maryland, Baltimore, carrera que ejerció desde 1973 hasta el año de 1984, momento en el que comenzó a dedicarse exclusivamente a escribir sobre vinos. Se dice que su amor por el vino comenzó cuando en 1967, siendo solo un estudiante de derecho, decidió ir de viaje de verano a Alsacia, Francia para ver a su novia Patricia, quien para entonces se encontraba allí estudiando. Estando en Estrasburgo, descubrió que el vino era más barato que otras bebidas, lo cual llamó su atención por esta bebida, de manera que poco a poco, comenzó a convertirse en un apasionado, entusiasta y estudioso del vino[5]. Es así como, en 1975, comenzó a escribir una guía sobre vinos, con la pretensión de convertirse en el Abogado del consumidor. Su intención era crear una publicación que pudiera estar libre de vínculos financieros con bodegas y comerciantes, una guía que produjera puntos de vista totalmente imparciales sobre los vinos y que sirviera solo a los intereses de los consumidores de vino. Esta sería una revista financiada exclusivamente por suscriptores: las personas que la comprarían, leerían y usarían”[6]. Posteriormente, en 1978, comenzó a publicar “The Baltimore-Washington Wine Advocate”, que sería la publicación que en 1979 se convertiría en The Wine Advocate y que se caracterizaría por ser una guía independiente de vinos, cuyas evaluaciones y reseñas se basarían en una escala de puntuaciones de 0 a 100, que aún hoy se considera el estándar de puntuación en la industria del vino. Ejemplo de publicidad de una bodega con puntuación 100 de Robert Parker – The Wine Advocate El momento en el que empezó a considerarse como un referente en la industria del vino, fue cuando decidió asistir a la cata anual ‘en primeur’ de vinos en Burdeos de 1982, en donde se destacó por ser el único crítico de vinos que dio buenas puntuaciones a dicha cosecha. Por ese motivo, muchos distribuidores y consumidores decidieron seguir su recomendación, lo cual elevó las compras del Burdeos de 1982 de una forma impresionante, al punto que sigue siendo uno de los vinos más buscados del mundo aún hoy en día. Muchos han descrito su estilo de nota de degustación como casi “shakesperiano”, cualidad que lo ha hecho único y que lo distingue de cualquier otro escritor de vinos[7]. A la edad de 71 años decidió retirarse de la publicación The Wine Advocate por considerar que debe dar paso a nuevas generaciones de críticos en la labor que llevó a cabo por más de 30 años. Sin embargo, sigue siendo uno de los propietarios mayoritarios de dicha publicación. Como puede observarse, es otra historia inspiradora además de romántica, pues Alsacia condujo a Parker no solo a su verdadero amor: Patricia Parker, su actual esposa, sino también, a su mayor pasión, el vino, actividad a la que dedicaría el resto de su vida. Otros ejemplos Pero la lista no acaba allí, pues son muchos los abogados que han vivido experiencias similares. Por mencionar otros casos, resalto a: Mauro von Siebenthal, suizo, abogado experto en derecho comercial y tributarista, actualmente radicado en Chile y fundador de la bodega Viña Von Siebenthal ubicada en el Valle de Aconcagua. Cristina Mercuri, italiana, abogada, Wine & Sherry Educator, Diploma WSET y fundadora de Degustibuss International, escuela formadora en wine & bar education, presente en más de 15 sedes en Italia y con múltiples actividades formativas a nivel internacional Olivia Bayés, española y abogada, fundadora de la bodega Marco Abella, en el Priorat, Cataluña, famosa por producir el vino Clos Abella 2013, considerado como mejor vino de España en el 2016 y ganador del mérito Decanter World Wide Award otorgado por la revista Decanter en el 2018. Pero sin ir tan lejos, en Colombia también tenemos varios ejemplos admirables, como: José Rafael Arango, abogado de la Universidad de los Andes, Sommelier de la Asociación de Sommelier de Chile, fundador de la cátedra “El mundo del vino” de la Universidad Sergio Arboleda, actual sommelier de Tannic Wine Bar y uno de los mayores expertos de vinos del país. Catalina Rugeles, abogada de la Universidad de La Sabana, Sommelier profesional de la Universidad Externado de Colombia, certificada en WSET, profesora de la cátedra de enología de la Universidad del Rosario y quien increíblemente ha sabido combinar sus dos profesiones, desempeñándose exitosamente tanto como consultora en derecho (principalmente en temas jurídicos relacionados con esta industria), como en materia de vinos y una de las sommelier más reconocidas a nivel nacional. ¿Es una casualidad o existe alguna conexión entre la ciencia del derecho y la del vino? Lo cierto es que se tenga la profesión que se tenga, si has experimentado ese momento en el que el vino comenzó a mover tus fibras y a despertar una gran avidez de conocimiento sobre su cultura, de seguro no volverás a ver el tema con los mismos ojos. El vino es apasionante. [1] Chateau Montelena Winery. History. En: https://montelena.com/winery/history [2] 10 Questions for Jim Barrett of Chateau Montelena Winery, Calistoga. En: https://napavalleyregister.com/business/10-questions/10-questions-for-jim-barrett-of-chateau-montelena-winery-calistoga/article_dc089f74-e0ba-5770-b12c-6e1cabc92271.html [3] VIRBILA, Irene. James L. Barrett dies at 86; pioneering Napa vintner. 19 de marzo de 2013. En: Los Angeles Times: https://www.latimes.com/local/obituaries/la-xpm-2013-mar-19-la-me-james-barrett-20130319-story.html [4] Biografía Robert M. Parker. En https://es.m.wikipedia.org/wiki/Robert_M._Parker [5] ESCOBAR, Pedro. ¿Quién es Robert Parker? ¿y por qué importa tanto su opinión en el mundo del vino?. 2 de marzo de 2018. En: http://buenosvinos.org/2018/03/02/quien-es-robert-parker/ [6] PERROTTI-BROWN, Lisa. A Tribute to Robert M. Parker Jr. 16 de mayo de 2019. En: https://winejournal.robertparker.com/robert-parker-retires-from-wine-advocate [7] TEAGUE, Lettie. Inside wine guru Robert Parker’s cellar sanctum. 10 de noviembre de 2011. En: https://www.marketwatch.com/story/inside-wine-guru-robert-parkers-cellar-sanctum-2012-11-10
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AUTORAViviana Moyano, abogada, Wine Sommelier WSET 3, egresada del programa de "Vinos, Cafés y Otras bebidas" de la Escuela de Gastronomía Mariano Moreno, miembro de la Asociación Italiana de Sommelier y apasionada por el vino.
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Octubre 2024
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