NEBBIOLO Uvas Nebbiolo Un poco de historia Se trata de una de las cepas más emblemáticas de Italia, de la cual se producen varios de los vinos tintos más importantes de este país, como lo son el Barolo y el Barbaresco. De hecho, a aquel se le ha denominado como “el rey de los vinos italianos”. Cuenta la leyenda que érase una vez un monje que cultivaba un huerto cerca de la humilde cabaña donde vivía. No muy lejos, había un pequeño viñedo que cuidaba con entusiasmo y que le daba un poco de vino, suficiente para sus necesidades diarias. Una mañana encontró el viñedo y el huerto envueltos en una espesa niebla y relacionó el evento con una advertencia de Dios, inmediatamente dejó de cultivar la tierra, dedicándose más a sus oraciones diarias. Cuando finalmente llegó el período de cosecha, la niebla se despejó y se asentó en los racimos ahora maduros que brillaban como zafiros al sol[1]. Así es la vida de la Nebbiolo y precisamente su nombre proviene de la palabra italiana: nebbia, que significa niebla, refiriéndose a la intensa bruma que se forma en las colinas Piedemonteses, bien entrado el otoño, época en la que se recogen sus uvas. Otros, en cambio relacionan su nombre con la blanquecina y espesa presencia de levaduras que se forma sobre sus uvas cuando éstas están maduras[2]. Sea cual sea la raíz de su nombre, se trata de una de las más antiguas e importantes uvas de Italia, cuyo origen al parecer se ubica en el Piedemonte italiano (noreste de Italia) o en Valtellina, en la región de Lombardía, según varios estudios recientes de ADN. Sin embargo, ya desde el siglo I AC., Plinio el Viejo alababa los vinos en su libro “Naturalis Historia” celebrando las glorias vitivinícolas de esa parte del norte del Piedemonte. Así mismo, el famoso escritor agronómico romano “Columella", que vivió entre el siglo 4 DC. al 70 DC., se refirió a la Nebbiolo en su tratado De Rustica, describiendo sus racimos de uvas negras que producen vino proveniente de lugares fríos. Lo anterior demuestra que, esta uva ha estado presente en esta zona de Italia desde hace muchos siglos. Por otra parte, es importante resaltar que, antes del siglo XIX, los vinos provenientes de esta cepa, se producían en versión dulce, pero fue a comienzos de ese siglo y gracias a Giulia Colbert Falletti, Marquesa de Barolo, que se comenzó a vinificar con sus características actuales, pues fue ella quien trajo a Italia a un famoso enólogo francés para producir un tinto seco al estilo Burdeos, consiguiendo como resultado un vino que comenzó a crear miles de admiradores en toda Europa. Aunque gracias a ese furor las plantaciones de Nebbiolo siguieron creciendo durante el siglo XIX, al arrivar la Phylloxera en Europa a finales de este siglo, muchos de sus viñedos fueron devastados y replantados posteriormente con otras variedades de uva, entre las que destaca la Barbera. Por lo anterior, si bien Italia es el productor principal de esta cepa en el mundo, la región de Piedemonte actualmente solo dedica una pequeña proporción de su terreno al cultivo de esta cepa (menos del 10% de su territorio). Finalmente cabe resaltar que fuera de Italia, esta variedad no se ha adaptado muy bien, ya que requiere unas condiciones climáticas y de suelo muy particulares, por lo que si bien se encuentran producciones en países como Estados Unidos (California, Washington, Oregón y Virginia), Argentina y Australia, su éxito ha sido más bien modesto en dichas regiones. Realmente, los grandes vinos producidos con esta cepa son italianos, quienes viven orgullosos de esta uva. Tal vez, el único lugar fuera de Italia en donde podría decirse que ésta cepa ha mostrado producciones meritorias, es el Valle de Guadalupe en México. Características de esta cepa Sus uvas son de cáscara gruesa, tamaño medio, forma esférica, de color azul intenso a negro, muy susceptibles a las plagas y la podredumbre y sus racimos suelen ser grandes. Así mismo, su brotación es bastante temprana, pero se caracteriza por tener una maduración bastante tardía, por lo que ya bien entrado el otoño, que es la época en la que se vendimian, se ven acompañadas por las mañanas por la niebla característica de la época, que ayuda a refrescar a sus bayas del intenso sol del día y las protege del clima seco. En bodega son delicadas, muy propensas a la oxidación, lo cual puede propiciar un cambio en su color en el proceso de vinificación y hacerle perder sus aromas frutales. Sin embargo, cuenta con características bastante propicias para el envejecimiento en barrica, la cual ayuda a suavizar sus potentes taninos. La Nebbiolo crece normalmente en lugares frescos, pero necesita suficiente calor para desarrollar sus niveles de azúcares y equilibrar sus sabores afrutados con su alta acidez y los taninos. En las áreas de climas más fríos, produce vinos de cuerpo medio con falta de acidez y de taninos. En climas más cálidos, produce vinos más potentes. Finalmente, es importante resaltar que, esta cepa no se adapta fácilmente a todo tipo de viñedos y prefiere terrenos con una alta concentración de mármol muy característicos de la zona de Piedemonte. Por todas sus anteriores características, es considerada como una cepa de difícil manejo, tanto en su cultivo como en su vinificación y algo caprichosa, por lo que, no se ha adaptado muy bien a zonas diferentes a la región septentrional de Italia. Hoja típica de la vid de Nebbiolo Características de los vinos que produce Como se comentó anteriormente, la Nebbiolo produce varios de los vinos tintos italianos de talla internacional, como lo son, el Barolo y el Barbaresco. Al respecto, es importante señalar que, estos suelen ser etiquetados por su nombre regional, no por la cepa. De esta manera en la región de Piedemonte se pueden encontrar, además de los dos anteriores vinos, otros de importancia significativa como: Nebbiolo D´Alba, Langhe Nebbiolo, Roero, Gattinara, Carema y Ghemme. Así mismo, en la región de Lombardía, se encuentra el Valtellina & Sforzato. Todos los anteriores, contienen entre un 70% y un 100% de esta uva[1]. Por otra parte, se resalta que, por muchos años se mantuvo la regla de que los grandes Nebbiolo debían ser añejados al menos por una década antes de su consumo. Sin embargo, las nuevas técnicas de vinificación han venido cambiando y por ello, aunque los grandes Barbarescos o Barolos continúan caracterizándose por ser vinos de una larga data de envejecimiento, actualmente también se encuentra en el mercado una gran variedad de vinos jóvenes producidos con esta cepa. Por lo anterior, los vinos que se producen con esta uva pueden agruparse en Nebbiolo jóvenes para consumo inmediato, más al estilo Nuevo Mundo, y Nebbiolo envejecidos, más tradicionales y típicos del Viejo Mundo. Es así como, los Nebbiolo jóvenes muestran una tonalidad más vivaz, con tonos magenta y hasta púrpuras intensos, con cierta claridad que permite ver a través de ellos. Sin embargo, en general los Nebbiolo son vinos de un color pálido en comparación con otras cepas. Los Nebbiolo añejados, en cambio, ofrecen tonalidades más rojizas (granada), arcillosas, así como una mayor variación entre el color al centro de la copa con respecto a las orillas, y terminando en un menisco (que es la orilla del vino en una copa; la intensidad o tonalidad del menisco es indicador de varias características de un vino, como la concentración y la edad del vino) con tonos anaranjados o de metal oxidado[2]. Los aromas de los vinos Nebbiolo son muy amplios y en ellos se pueden encontrar notas de alquitrán, violetas, rosas, frutas como cereza, granada, ciruelas y zarzamoras; también ofrece un intenso perfil de tierra húmeda, a bosque, rocas, tabaco, castañas, hongos portobello y trufas. En boca, se caracterizan por ser vinos potentes, de un gran cuerpo, con taninos robustos, una alta acidez y un alto potencial de alcohol. Finalmente, es importante señalar que, dado el crecimiento de esta cepa en zonas donde se encuentran hongos y trufas, estos vinos suelen maridar muy bien con platos que contengan dichos ingredientes. Adicionalmente, por sus amplios taninos, se recomienda beber estos vinos con carnes con suficiente grasa para absorberlos como: solomillo de ternera, costillas de cerdo, pavo asado, salchicha de cerdo, pato estofado, ragú de carne, pollo asado, jamón serrano o prosciutto, entre otros y por ello mismo, se equilibra muy bien con alimentos con un buen nivel de mantequilla, grasa o aceite de oliva. De igual manera, por su alta acidez se puede combinar con alimentos con buen contenido de sal. Por último, se resalta que, en general marida muy bien con platos de la cocina italiana, pero de igual manera, hace una buena combinación con preparaciones de la cocina asiática. [1] TOCE, Claudio. Il nebbiolo: origini e storia. En: https://www.vinoway.com/approfondimenti/vino/territorio/item/248-il-nebbiolo-origini-e-storia.html [2] MACNEIL, Karen. The Wine Bible. Segunda Edición. Pág. 1817. [3] PUCKETTE, Madeline y HAMMACK, Justin. Wine Folly. The Essential Guide to Wine. Ed. Avery. Pág: 143. [4] Revista El Conocedor. Cepaje Nebbiolo. En: https://revistaelconocedor.com/cepaje-nebbiolo/
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AutoraViviana Moyano, abogada, Wine Sommelier WSET 3, egresada del programa de "Vinos, Cafés y Otras bebidas" de la Escuela de Gastronomía Mariano Moreno, aspirante a sommelier AIS y apasionada por el vino. BUSCADOR DE UVAS rojas
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