RIESLING Uvas Riesling Un poco de historia Se trata de una de las uvas blancas más apreciadas del mundo entero, cuyo origen es alemán, típica de climas fríos y ampliamente reconocida por su acidez y sus incomparables aromas frutales y terpénicos. Su origen es bastante antiguo, pues se cree incluso que se trataba de la cepa artigis minor de los romanos, mencionada por Plinio y Columela. Pero definitivamente se cree que su hogar natal debió haber sido la región de Rheingau, Alemania, en donde se cultiva desde hace más de 500 años, configurándose desde entonces, como una de las cepas insignia del país. De hecho, es importante resaltar que, todos los grandes vinos alemanes están elaborados con Riesling. Allí se encuentran varias referencias sobre su existencia, como la que se relaciona con Luis I El Germánico, quien en el siglo IX, hizo arrancar las cepas Trollinger y la Orleaner que se cultivaba en el Rhin, para plantar la Riesling en su reemplazo. Posteriormente, a mediados del siglo XV, se extiende en el Rhin, a Mosela y los alrededores de Worms, y tres siglos más tarde, a la región de Renania, lugar en el que se encuentra la primera mención a un viñedo exclusivamente consagrado a esta cepa, en el año de 1716, más exactamente, en el Schloss Johannisberg. Desde este último lugar, se cree que debió llegar a la región francesa de Alsacia, en donde la Riesling igualmente ganó una gran popularidad. Posteriormente, viajó hacia Europa central y el nuevo mundo. Y precisamente por esa gran proliferación a nivel mundial, es que existe un gran número de sinonimias con su nombre, lo cual además ha causado una enorme confusión entre distintos cultivadores, que en muchos países pensaban estar produciendo esta cepa, cuando en realidad, estaban cultivando otras variedades blancas de menor calidad. Finalmente, es importante resaltar que, actualmente esta cepa se cultiva no solo en Alemania y Francia, sino también en los estados de California, Oregon, Washington y Nueva York (Estados Unidos), Italia, Canadá, Australia, Chile, Argentina, Austria y Sudáfrica, entre otros. Características de esta cepa Según análisis de ADN realizados por el biólogo austriaco Dr. Ferdinand Regner en 1998, la Riesling es el resultado de un cruce entre la cepa Gouais Blanc y la Traminer[1]. Se caracteriza por tener racimos pequeños, muy compactos, con bayas de pequeño tamaño, de forma esférica, color amarillo dorado, con manchas pardorrojizas cuando maduran, piel gruesa, pulpa perfumada y sabor cítrico. Es además una cepa de vigor medio, brotación y madurez media, sensible al oídio, al viento y a la podredumbre gris. Se adapta muy bien a todo tipo de suelos (como pizarras, arcillosos, calcáreos, rocosos, etc.) pero estos deben estar bien drenados y de hecho, se dice que esta cepa es una de las que mejor expresa el carácter del terroir en sus vinos. De ahí que esos conocidos aromas y sabores minerales y terpénicos, precisamente se presenten en mayor proporción en suelos como pizarra o mármol, muy característicos de las regiones vinícolas cercanas al Rhin en Alemania y en Kampfal, Austria en la región que linda con el Danubio. Finalmente, se dice que es una cepa un poco temperamental, pues no se adapta bien a climas cálidos, pero incluso en climas fríos la calidad y el carácter del vino, pueden variar enormemente. Hoja típica de la vid de Riesling
Características de los vinos que produce Gracias a la versatilidad de la Riesling, se pueden producir vinos a partir de esta cepa, prácticamente de todos los estilos: secos, semi-secos, semi-dulces, dulces en vendimia tardía, Ice Wine y hasta sobremadurados con Botrytis. Adicionalmente, sus vinos normalmente suelen producirse como monovarietales, pues la Riesling es una uva tan noble y tan potente, que no necesita ser mezclada con otras variedades. Así mismo, se caracterizan por tener una gran adaptabilidad a la guarda y al envejecimiento en botella. Por otra parte, en términos generales, los Riesling secos, se pueden describir en vista, como vinos transparentes de un color que va desde el pálido pajizo hasta el amarillo profundo. Además, en nariz, suelen presentar aromas a durazno, albaricoque, lima, manzana verde, tilo, toronjil, madreselva y un inconfundible aroma terpénico (como a gasolina o a pelota de caucho) derivado de un componente químico denominado TDN. Finalmente, en boca presentan tres características fundamentales, esto es, una alta acidez, un bajo nivel de alcohol y un alto extracto. Y es precisamente ese aroma característico a terpenos y minerales, lo que hace que muchos adoren estos vinos y otros, los detesten. Lo mismo sucede con su verdaderamente pronunciada acidez. Por ello, podríamos decir que el vino Riesling no le gusta a todo el mundo, pero a quienes les gusta, simplemente mueren por él, lo cual los hace, muy exclusivos y refinados. No obstante, es importante resaltar que, los Riesling que se consideran más elegantes, son los de clima frío, que precisamente son los que más desarrollan esa mineralidad, como los que se producen en Alemania, Alsacia, Austria, Eslovenia, Canadá y al norte de Nueva York. En cambio, los de clima cálido, como los del Estado de Washington, California y algunas zonas de Australia, son normalmente más suaves y no presentan precisamente tantas características terpénicas. En cuanto a su estilo dulce, debemos mencionar que la uva Riesling es absolutamente propicia para producir vinos de vendimia tardía, Ice Wine y sobremadurados con el hongo de la Podredumbre Noble (Botrytis). De hecho, entre la totalidad de vinos de esta variedad, son los vinos dulces los que precisamente más apetece el mercado, ya que son capaces de desarrollar aromas de frutas exóticas, cítricos y especiados, sin perder jamás su frescura. Además, al contrario de lo que ocurre con los Sauternes, las versiones licorosas derivadas de esta uva, son más ácidas y contienen menos graduación alcohólica[2]. Alemania se caracteriza por producir un mayor volumen de vinos de estilo dulce derivados de esta cepa, en donde podemos encontrar los tradicionales Beerenauslese y Trockenbeernauslese. Sin embargo, cabe resaltar que en los últimos años se ha visto una fuerte tendencia por parte de diversas bodegas de vinos, hacia la vinificación de la Riesling bajo su estilo seco, como es el caso de los alemanes Trocken (seco) y Halbtrocken (semi-seco) que suelen tener entre 7,5 y 8,5 grados de alcohol, o los que se producen en la región de Alsacia que son aún más secos que éstos últimos y suelen tener, como mínimo, 12 grados de alcohol. El secreto está en dejar fermentar la uva más tiempo con el fin de que las levaduras consuman en mayor cantidad el azúcar, lo cual eleva el nivel de alcohol del vino, pero a la vez reduce su sabor dulce y lo vuelve más seco[3]. También países como Austria, o regiones como Nueva York y el Estado de Washington, suelen producir un mayor volumen de vinos secos que dulces. Finalmente, en cuanto a maridaje se considera que, por esa combinación característica entre acidez y dulce, maridarían perfecto con comida picante o especiada, al estilo Thai o India, pero también sería una elección muy adecuada, acompañarlo con carnes blancas como el pato, el cerdo o el pollo, mas aún si los mismos se encuentran adobados con especias o hierbas aromáticas, tipo curry, clavos, pimienta de cayenne, jengibre, canela, entre otros. En cuanto a quesos, maridarían perfecto con quesos pungentes como el azul, el gorgonzola o el Roquefort y así mismo, con quesos delicados como el Brie, el Gruyere, la Mozzarella o el Ricotta. Día dedicado a esta cepa 13 de marzo. [1] Wein Plus. Riesling. En: https://glossary.wein.plus/riesling [2] WIESENTHAL, Mauricio. Gran Diccionario del Vino. Cosecha 2011. Ed. Edhasa. Madrid. Pág. 791. [3] NOWAK, Barbara y Wichman, Beverly. El Gran Libro del Vino. Ed. Panamericana. 2011. Pág. 70.
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AutoraViviana Moyano, abogada, Wine Sommelier WSET 3, egresada del programa de "Vinos, Cafés y Otras bebidas" de la Escuela de Gastronomía Mariano Moreno, aspirante a sommelier AIS y apasionada por el vino. buscador de uvas blancas
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