Hola! soy Viviana Moyano consultora de vinos y sommelier y hoy les quiero hablar sobre los vinos dulces italianos. Haciendo un recorrido desde el Valle de Aosta hasta Sicilia, te mostraré los vinos dulces italianos más famosos de cada región. Acompáñame a descubrir sus tipologías, variedades de uvas, aromas y sabores. Si hay un vino dulce italiano que todo el mundo reconoce, ese es el Moscato d’Asti. Ligero, fragante, con burbujas sutiles y una dulzura delicada, es un clásico indiscutible. Pero lo que muchos no saben es que Italia es un verdadero paraíso de vinos dulces, con estilos que van desde los espumantes hasta los passitos, vendimias tardías e incluso botritizados. Cuando comencé a explorar este universo, me di cuenta de que los vinos dulces italianos son un mundo aparte, lleno de tradiciones, variedades de uva autóctonas y métodos de elaboración que se remontan a siglos atrás. Así que hoy quiero llevarte de viaje, de norte a sur, para descubrir algunos de los ejemplares más fascinantes de Italia. Vinos dulces del norte de Italia: elegancia y complejidad en cada gotaNuestra primera parada es el Valle de Aosta, donde se esconde una joya poco conocida: el Nus Malvoisie Flétri. Este vino passito, elaborado con uva Pinot Grigio, es una explosión de frutas confitadas y miel, con una frescura que equilibra su dulzura a la perfección. En Piemonte, la cuna del Moscato, descubrí otra maravilla: el Erbaluce di Caluso Passito. Hecho con la variedad autóctona Erbaluce, es un vino de acidez vibrante, con notas de lima, acacia, hierbas aromáticas y ciruelas amarillas. Es el tipo de vino que te sorprende con su equilibrio entre dulzor y frescura. Y no podemos dejar por fuera al famoso Brachetto d'Acqui, producido con la variedad autóctona Brachetto, que con su color rubí claro, delicado perfume de de rosas y fresas silvestres, nos regala un espléndido espumante y passito. Una caricia para los sentidos que invita a brindar por los placeres simples de la vida. Siguiendo hacia Veneto, encontramos el Colli Euganei Fior d’Arancio, un vino que en su versión passito o espumante huele a primavera, con su distintivo aroma a flor de naranjo. La variedad protagonista aquí es el Moscato Giallo, que le aporta una intensidad aromática hipnotizante. Pero esta región guarda otro tesoro: el Recioto di Soave, un vino blanco nacido de las uvas Garganega y Trebbiano di Soave, que, dependiendo del productor y la cosecha, puede llevar un sutil toque de botritis noble. Su color dorado anticipa la complejidad de aromas que lo definen: frutos secos, miel y flor de azahar, con un final almendrado que lo hace inconfundible. Un sorbo de este vino es un viaje directo a la tradición vinícola de la región, donde la paciencia y la artesanía se transforman en auténticas joyas enológicas. En Friuli Venezia Giulia, encontramos el Ramandolo, un vino blanco dulce elaborado con la uva Verduzzo Friulano. Lo que lo hace especial es su estructura: una dulzura bien definida, pero con un final prolongado que recuerda la miel de castaño, ligeras notas de azafrán, caramelo y vainilla. Luego nos ubicamos en la región de la Emilia-Romagna, la tierra del Lambrusco, donde es imposible no hablar de sus versiones dulces. Desde el floreal y delicado Lambrusco di Sorbara, pasando por el frutal y colorado Lambrusco Salamino di Santa Croce, hasta el más estructurado y robusto Lambrusco Grasparossa di Castelvetro, estos vinos burbujeantes son la combinación perfecta entre fruta, acidez y efervescencia. Y no podía faltar la Liguria, donde el Cinque Terre Sciacchetrà brilla con luz propia. Este passito hecho con Bosco, Vermentino y Albarola es todo un tesoro enológico. Su buen cuerpo, sabor a miel y retrogusto almendrado lo convierten en un vino con un carácter inconfundible. Mapa de las regiones de Italia Vinos dulces del centro de Italia: dulzura en forma de Vin Santo y vendimias tardíasSi hay una región en la que el vino dulce es sinónimo de tradición y paciencia, esa es la Toscana. Aquí, en las antiguas bodegas donde el tiempo parece detenerse, se produce uno de los vinos más emblemáticos de Italia: el Vin Santo. Elaborado bajo diferentes denominaciones como Vin Santo del Chianti, Vin Santo del Chianti Classico, Vin Santo di Carmignano y Vin Santo di Montepulciano, este vino es una verdadera obra de arte. En su versión blanca, los Vin Santo toscanos regalan vinos de colores intensos, que van del dorado brillante al ámbar profundo. En cada sorbo, emergen notas de avellana, caramelo, higos secos y miel de castaño, acompañadas de una textura envolvente y una persistencia que parece infinita. Pero hay otra faceta de este vino que merece ser descubierta: el Occhio di Pernice, su versión tinta, elaborada a base de Sangiovese. Aquí, el color se transforma, pasando del granate intenso al naranja oscuro, y su perfil aromático se llena de matices de mermelada de ciruela, miel de madroño, caramelo, chocolate negro, café y tabaco. Su estructura es poderosa, pero con taninos sedosos que lo hacen elegante y envolvente, como un recuerdo que se queda en la memoria mucho después del último sorbo. Un poco más al sur, en el Lazio, encontramos el Cannellino di Frascati. Un vendimia tardía elaborado con Malvasia del Lazio y Malvasia de Candia, que es como un perfume de flores amarillas y frutas maduras. Su suavidad y textura aterciopelada lo hacen inolvidable. Vinos dulces del sur de Italia e islas: sol, mar y passitos legendariosAl llegar al sur de Italia, la intensidad del sol se siente en cada copa de vino dulce. En Calabria, encontramos el Greco di Bianco, un passito elaborado con la uva Greco Bianco. Sus racimos se secan al sol sobre rejillas, concentrando sus azúcares y creando un vino con aromas a flor de azahar, bergamota, albaricoque y miel. Es una auténtica joya del Mediterráneo. En Cerdeña, la Malvasia di Bosa es un secreto bien guardado. Este passito, hecho con la variedad Malvasia di Sardegna, tiene una marcada acidez que equilibra su dulzura y una persistencia aromática impresionante. Finalmente, llegamos a Sicilia, el paraíso de los vinos dulces. Aquí encontramos dos de los más renombrados: la Malvasia delle Lipari y el Passito di Pantelleria. La primera, elaborada en las Islas Eolias, tiene un perfume envolvente de acacia, miel y eucalipto, con un final salino que recuerda su origen marino. El segundo, hecho con uva Zibibbo (también conocida como Moscato di Alessandria), es un vino dorado con notas de albaricoque seco, azahar y miel. Cada sorbo es como un pedazo de historia, un recordatorio de que Sicilia ha sido, desde tiempos antiguos, un punto clave en el comercio de vinos del Mediterráneo. Italia y su dulce tradiciónEste viaje es apenas una muestra de la diversidad de vinos dulces que ofrece Italia. Desde las montañas del norte hasta las costas soleadas del sur, cada región imprime su sello único en la dulzura, con historias que la distinguen y secretos embotellados que esperan ser descubiertos. Así que la próxima vez que pienses en un vino dulce italiano, recuerda que hay mucho más allá del Moscato d’Asti. ¡Elige uno diferente, sírvete una copa y deja que te cuente su historia! ¿Cuál de estos vinos dulces te gustaría probar primero?
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AUTORAViviana Moyano, abogada, Wine Sommelier WSET 3, egresada del programa de "Vinos, Cafés y Otras bebidas" de la Escuela de Gastronomía Mariano Moreno, miembro de la Asociación Italiana de Sommelier y apasionada por el vino.
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Abril 2025
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